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Cuando por fin consigues mudarte, llegan las dudas. Una de ellas suele ser cómo contratar la electricidad a tu nombre. Te explicamos lo que debes hacer para tener luz en tu nueva casa. Cuando llegue a su nuevo hogar, primero asegúrese de pagar solo lo que es adecuado para usted. Por eso, el primer día de su nuevo hogar, lo mejor es leer el medidor.
El mismo consejo se aplica al gas, agua y otros suministros, ya sea nuevo o de segunda mano, debes registrar lo que se ha consumido antes de entrar. A la hora de mudarte, primero presta atención a los diferentes contadores (luz, agua, gas) para que sólo seas responsable de lo que vayas a consumir.
La posibilidad de elegir
Es muy importante que sepas que siempre tienes la libertad de elegir tu compañía eléctrica. Tú decides, tú diriges. Cuando compra una casa o alquila una casa, es un derecho de todos los consumidores. Tu interés en cambiar es tan legítimo como la compañía eléctrica con la que sigues contratando. Desde el año 2009, el mercado de la electricidad se liberalizó, diferenciándose los siguientes casos:
- Puedes elegir: la empresa a la que se facturará, la comercializadora de energía. En este aspecto, lo primero que puedes elegir es si estar en mercado libre o PVPC. En el primer caso es la comercializadora la que fija el precio; en el segundo caso el precio es fijado por el Estado.
- No tienes elección: la empresa responsable de llevar la energía a tu casa, la distribuidora de electricidad. No eliges este porque te quedas con el que corresponde al lugar donde vives.
Las cuatro posibles situaciones al llegar a tu nueva casa
Cuando llegue a su nueva casa, pueden suceder las siguientes cosas:
- La electricidad está dada de alta, la potencia y las tarifas parecen funcionar para ti: si es así, y si quieres seguir siendo cliente de la misma comercializadora, sólo tienes que cambiar de titular del contrato. Esta gestión es sencilla, rápida y gratuita.
- La electricidad está dada de alta, pero la potencia parece ser demasiada o insuficiente: tendrás que cambiar la fuente de alimentación. Este proceso cuesta dinero (al menos 11 euros), aunque se puede ahorrar mucho bajando la potencia.
- La luz está dada de alta, pero quieres cambiar de tarifa: cuando llegas, puedes «heredar» el contrato con una determinada compañía y una determinada tarifa. Si sus resultados no le convencen, puede cambiar de empresa de marketing a voluntad. Hay varias tarifas que se pueden ajustar en función de tu consumo, pudiendo incluso darte tiempo en el que no tengas que pagar tus facturas de luz.
- Las luces no están conectadas a la red: no hay luces, hay que registrarse. Hay una tarifa para este programa si su punto de suministro no se ha utilizado durante más de 3 años. El contrato de alta se tramita con la comercializadora, pero es la distribuidora quien instala el contador y activa el suministro. Te contamos cómo dar de alta la luz.
